Los avances tecnológicos están creciendo a pasos agigantados y la humanidad se dirige a lo que se conoce como Inteligencia artificial, cuyo objetivo principal es el de tratar de entender los procesos mentales de los seres humanos, para que en un futuro no muy lejano, estas máquinas puedan llegar a tener la capacidad de razonar por sí mismos y tener cierto nivel de independencia.
Todo esto contribuiría a nivel positivo, en lo relacionado con el mejoramiento de la salud de mucha gente, igual en la ayuda para realizar trabajos que implican cierto nivel de complejidad, también contribuiría en la protección del ecosistema, puesto que no necesitan papel para plasmar las ideas ni tampoco electricidad. Se tendría además la posibilidad de acumular conocimiento permanente.
¿Pero qué aspectos negativos puede acarrear la Inteligencia Artificial para la humanidad?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnD8ZgARE1cA5KDVJAdoZO555uXDEAryieFExRTyDTsULvaxtO3LWUNBWPs5YpgclY-iOR290Mkg6kdsd9lMeHwOW4-4eMJHBmDJYA_OQvlZMs5p6Ir_HgWJ5fUo_t8giHcpo0y6xb3Ewf/s320/1_FC8CyMGcQEXGiv37J0STJg-1170x500.jpeg)
En síntesis, vemos con asombro como el hombre quiere parecerse cada vez más a un Dios Creador, pero no se da cuenta, que aún somos seres imperfectos, que tenemos muchos errores, y no podemos tener la certeza que algo imperfecto cree algo perfecto porque no va a ser así, y ojalá tanta arrogancia de parte nuestra no se vaya a devolver en contra nuestra.
Todas las cosas se tienen que pensar muy bien antes de llevarlas a cabo, y no actuar con el único propósito de lucrarse unos pocos, sino que la idea sea la de diseñar máquinas que realmente beneficien al ser humano, sobre todo en lo relacionado con el medio ambiente, o en ayudas tanto para trabajos arduos, como para mejorar problemas de salud que son los que más aquejan a esta sociedad.
Pero esa idea de tratar de crear un clon del hombre es algo inalcanzable, puesto que aún nos falta mucho para conocernos a sí mismos y evolucionar, como para llegar a estar a un nivel lo suficientemente preparado y maduro para crear algo que realmente valga la pena.